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Crece el "bullying" entre los adolescentes argentinos

on Tue, 11/13/2012 - 20:22

El bullying (patoterismo u hostigamiento) entre adolescentes reviste ya el carácter de epidemia, según los expertos. Es que cada vez son más los chicos víctima de acoso por parte de sus pares, que reciben agresiones reiteradas por parte de otro que, en apariencia, tiene un perfil más fuerte. “El acoso escolar, también conocido como matonaje escolar o matoneo escolar por su término en inglés, es cualquier forma de maltrato psicológico, verbal o físico producido entre escolares de forma reiterada lo largo de un tiempo determinado”, explica Ruth Mahieu, pediatra y psiquiatra infantil del Hospital municipal.

El dato se confirma en una encuesta realizada en Río Cuarto y zonas aledañas a 438 adolescentes de colegios públicos: gran parte de los chicos asegura haberse sentido acosado por sus compañeros. La cifra trepó en los últimos cuatro años según el estudio realizado por Elena Farah, Eduardo Medina Bisaich y José Enriquez, del Centro Villa Dalcar Psiconeurociencias, en 2008 y 2012. El trabajo se basó en el protocolo de la Asociación Psiquiátrica de América latina (Apal).

La muestra revela que más de la mitad de las mujeres (52,50 por ciento) “alguna vez” (42,50 por ciento) o “frecuentemente” (10 por ciento) se sintió hostigada. La cifra es similar en los varones, y se ha triplicado en cuatro años. La agresión verbal es el modo más común de agresión: lo aseguran ocho de cada diez. La agresión física se duplicó en cuatro años.

“Se han incrementado los casos en los últimos tiempos. El bullying va aparejado al aumento de violencia familiar y social”, explica Adelia Setto, presidenta de Fundación Añil.

Este tipo de violencia se manifiesta, con distintas variantes, en todos los estratos sociales. “A un niño pobre le pegan, lo denigran, le roban la poca comida que tiene. Y al niño de familias ricas, le piden prestados sus aparatos electrónicos, la ropa, y no se los devuelven, van a su casa, usan sus juegos y computadora, comen la comida de la heladera, mientras la víctima se convierte en mero espectador de la diversión”, ejemplifica Setto.

El acoso suele ser sostenido porque se guarda el “secreto” por temor o amenazas. Algunos estudios internacionales acuerdan en que el 40 por ciento de los chicos víctimas del bullying , no comunica lo que le pasa. Así, el problema se vuelve invisible y la ayuda demora en llegar.

Para la psicopedagoga Magdalena Pisano, el bullying está casi “naturalizado” en las escuelas secundarias. Y cada vez se ven más casos en el nivel inicial y primario. “Si bien es más frecuente entre los 13 y los 18 años, puesto que en esta franja etaria se producen los mayores episodios de violencia, hay una franja entre los 10 y los 14 cuando las agresiones parecen ser más crueles y las víctimas sufren efectos más dramáticos”.

Para la especialista, las agresiones van desde la colocación de apodos hasta los golpes. En ciertos casos, le sacan a las víctimas dinero o sus meriendas, las escupen, las discriminan, las fuerzan a hacer algo y las acosan a través de las redes sociales. “Otra variedad es el acuerdo tácito para hacerles el vacío y aislarlos completamente de los trabajos de grupo, ignorándolos e impidiendo que compartan las actividades estudiantiles”; dice Pisano.

Lo que esconde Facebook. El maltrato ocurre de manera cada vez más frecuente a través de las redes sociales, como Facebook, y en los baños de la escuela y a la salida. Los estudiantes reconocen que el hostigamiento sucede en los recreos y la cantina (56,25 por ciento de las mujeres encuestadas opina en este sentido), seguido de Internet (48,75 por ciento de las mujeres así lo cree, y el 33,89 por ciento de los varones).

“El fenómeno ocurre con más frecuencia en los recreos o a la salida de la escuela, aunque con el tiempo, este hostigamiento-acoso se expandió a otros ámbitos”, dice Setto. Y agrega que el agresor suele buscar adhesiones en otros hasta constituirse en el cabecilla de un grupo que arremete contra un solo chico, que se convierte en el único blanco de toda la violencia de los demás.

“Ambas partes son víctimas, en esta lucha desigual de fuerzas, no existen vencedores puesto que, tanto el agresor como el agredido, son el último eslabón de una cadena de padecimientos de diferentes tipos”, plantean desde Añil.

Mahieu explica que este tipo de violencia busca conseguir la intimidación de la víctima. “El sujeto maltratado queda expuesto física y emocionalmente ante el sujeto maltratador”, explica la psiquiatra. Como consecuencia, subraya, se genera una serie de secuelas psicológicas.

“Es común que el acosado viva aterrorizado con la idea de asistir a la escuela, que se muestre muy nervioso, triste y solitario en su vida cotidiana”, agrega Mahieu.

Las víctimas de bullying ven resentida su autoestima lo que, dice Pisano, muchas veces lleva a la depresión, a la deserción escolar y, en situaciones extremas, hasta el suicidio.

Cómo actuar frente a los primeros síntomas

Síntomas
- Cambio súbito de comportamiento

- No quiere concurrir a clases o participar en actividades a las que asisten sus compañeros.

- Baja el rendimiento escolar.

- Dolor de cabeza, de estómago o trastornos inexplicables.

- Problemas de sueño.

- No concurre al comedor o no sale al patio en los recreos.

- Súbita pérdida del interés por actividades que le gustaban.

- Aspecto triste o deprimido.

- No quiere hablar de lo que le pasa en la escuela.

- “Se percibe su tristeza: cabeza baja, desatención, escaso rendimiento, palidez, manos transpiradas, notable delgadez u obesidad”, explica Setto.

Qué hacer
- Recurrir a las autoridades escolares y llevar al niño acosado a terapia para aumentar su autoestima y trabajar los aspectos que generen miedo o ansiedad.

- Fortalecer a los padres y maestros, para que puedan rastrear, identificar y encontrar la solución adecuada.

- Trabajar en equipo: la familia y la escuela deben enseñar a convivir evitando el conflicto, y promover el respeto y la tolerancia. “Es preocupante conocer una cantidad considerable de padres que saben sobre el abuso que están cometiendo con sus hijos y, sin embargo, no acuden al colegio a requerir información y no valoran la importancia de la protección que deben brindar a sus hijos”, plantea Magdalena Pisano.

 

Fuente: http://www.lavoz.com.ar/ciudadanos/crece-bullying-entre-adolescentes

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