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¿Mediación como la alternativa barata en los divorcios?

on Mon, 02/04/2013 - 19:50

Me topaba hoy con un artículo publicado en El Diario de Mallorca, en su edición digital, titulado "Los casos de mediación familiar se han disparado para evitar pasar por un juzgado", donde se hacía referencia, en reiteradas ocasiones, al hecho de que el coste de un divorcio contencioso (a través de psicólogo forense, abogado y juicio) es muy costoso y, debido a la crisis, los matrimonios se deciden por la mediación, indicando que "las solicitudes crecieron un 100% durante el 2012".

Creo de vital importancia remarcar que la mediación y el peritaje psicológico previo a un divorcio contencioso no son la alternativa barata y la cara, respectivamente, ante una misma situación. La mediación no es adecuada para cualquier situación ni para cualquier persona. Tal y como se explica en la entrevista, "los procesos de mediación familiar van dirigidos a todas aquellas personas que (..) tengan un conflicto y quieran solucionarlo voluntariamente acompañados de la intervención de un profesional imparcial, confidencial y cualificado." Y este aspecto es fundamental: la voluntad por ambas partes, de llegar a un acuerdo amistoso.

Además, la mediación "se realiza ante un proceso de ruptura o crisis, cuando las personas se plantean la separación o divorcio pero aún esta decisión no está tomada. En la mediación familiar se buscan acuerdos, sin pretender cambiar pautas de personalidad o reducir la ansiedad."

Admiten que, si finalmente no hay acuerdo, "se entra, lógicamente, en un proceso judicial, emocional y económicamente más costoso al que ahora habrá que añadirle el aumento de las tasas judiciales."

Aunque soy una ferviente defensora de la mediación, habiéndola recomendado incluso en ocasiones a personas que acudían a mi despacho, creo que no debe ser una cuestión económica la que haga decantar la balanza hacia la mediación o un informe pericial psicológico, sino que debe ser el grado de entendimiento y la voluntad de llegar a acuerdos por ambas partes.

Si la comunicación entre cónyuges es fluída, se busca el beneficio de los hijos anteponiéndolo a rencijas personales, y ambos progenitores van en la misma dirección, lo más adecuado es un proceso de mediación, para firmar un convenio regulador con el que ambas partes se sientan cómodas.

Si existen rencores, sentimiento de abandono, ansias de venganza, sensación de negligencia por parte del otro progenitor, falta de entendimiento, o cualquier otra forma de mala comunicación, lo mejor es solicitar directamente un informe pericial psicológico, tras ponerse en contacto con un abogado, y empezar un procedimiento judicial.

Fuente: http://www.diariodemallorca.es/sociedad-cultura/2013/02/04/casos-mediaci...

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