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El proceso de separación puede deteriorar la relación con los hijos en más del 25% de los casos

on Mon, 10/31/2011 - 10:31

"Los procesos de separación generan múltiples comportamientos nocivos para el equilibrio psíquico de los hijos de padres divorciados. Máxime si la pareja involucra a los niños en el seno del conflicto, lo cual puede acarrear un impacto negativo en ellos, hasta el punto de que puede hablarse en estos casos de un porcentaje superior al 25% de deterioro irreversible de las relaciones de los menores con uno de sus dos progenitores.

El efecto producido por las interferencias parentales, fenómeno por el cual un progenitor provoca intencionadamente el rechazo de sus hijos hacia el otro progenitor, en el contexto de una separación o divorcio o en las relaciones paterno y materno filiales, es muy elevado. Según Asunción Tejedor (..) existen múltiples comportamientos que pueden dar una pista de que se está ante un caso de interferencia parental. Entre otros, presentar el nuevo cónyuge a los hijos como su nueva madre o su nuevo padre, desvalorizar e insultar al otro progenitor delante de los hijos, hablar de manera descortés del nuevo cónyuge del otro progenitor, impedir al otro progenitor el ejercer su derecho de visita, tomar decisiones importantes a propósito de los hijos sin consultar al otro progenitor y amenazar con castigo a los hijos si se atreven a llamar, escribir o contactar con el otro progenitor.

Cuando los padres se separan todos los miembros de la unidad familiar pasan por un periodo de estrés por los cambios que se producen en todos los órdenes de su vida. Pero, sobre todo, porque desde que la separación o el divorcio llega a los juzgados lo que era un problema familiar se traslada a un entorno judicial, en el que el progenitor alienado puede verse aún más perjudicado, porque entre él y sus hijos hay otra figura que va a tomar las decisiones por ellos, lo cual contribuye aún más al empeoramiento de las relaciones.

Desde la psicología se defiende que es importante acudir a un proceso de mediación, para evitar, entre otros, el problema de las interferencias parentales."

Es importante tener en cuenta que en situaciones donde el conflicto es elevado, y los progenitores no son capaces de llegar a acuerdos, la mediación no puede ayudar, por lo que lo mejor es solicitar un informe pericial psicológico a un psicólogo forense, en el que valore las dinámicas existentes en la unidad familiar, la aptitud parental de los progenitores, la afectación emocional de los menores, y la posible interferencia parental, si es que la hubiere. Todo ello con el objetivo de aportar información valiosa al Juez y tome una decisión con más conocimiento de causa, en el mejor interés del menor.

Fuente: http://www.infocop.es/view_article.asp?id=3677&cat=8

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