La mentira del "No hagas a los demás lo que no te gustaría que te hicieran a ti"

¿Cuántas veces, desde pequeños, nos han dicho: "No hagas a los demás lo que no te gustaría que te hicieran a ti"? Y, en principio, parece un consejo razonable, que puede favorecer la convivencia y el respeto a los demás, pero, ¿qué pasa si lo que me gusta o me disgusta a mí es distinto de lo que le gusta o disgusta a la persona que tengo enfrente?

Vamos a poner un ejemplo fácil, para entenderlo. Estamos en un restaurante caro. He decidido invitar a mi pareja a una cena de lujo, sin reparar en gastos, y me he encargado de reservar un menú previamente, digno de la ocasión. El plato estrella del restaurante son las ostras, pero como a mí no me gustan, por su textura gelatinosa, por ser un plato que se come crudo ... decido no hacer pasar a mi pareja por lo mismo. "No le haré comer ostras, porque no me gustaría que me las hicieran comer a mí". Resulta que son su plato favorito, y se va del restaurante pensando en las ostras que no se comió...

El mismo refrán se puede aplicar en sentido contrario: "Haz a los demás lo que te gustaría que te hicieran a ti" ... Pues, siguiendo con el ejemplo anterior, como tenga que comer ostras vivas, ¡me están haciendo un flaco favor!

En el terreno de la custodia compartida, esto es lo que se está aplicando. Puesto que los políticos deben creer que lo que les gustaría a ellos, en un caso de divorcio con menores, sería ostentar una custodia compartida de l@s hij@s que puedan tener, -independientemente de los deseos, disponibilidad, intereses, etc. de hijos y progenitores- pues entonces nos la "regalan" a todos.

¿Qué pasa con las familias que no desean una custodia compartida? ¿Qué pasa con aquellos progenitores que no están capacitados, o simplemente no quieren una custodia compartida?

A principios de este año publicaba en este mismo blog el artículo "¡No quiero la Custodia Compartida de mis hijos! Caso real", en el que un padre deseaba un régimen de visitas, pero no la custodia compartida de sus hijos (vídeo), para ejemplificar un caso de un padre que no quiere la custodia compartida de sus hijos, en contra de lo que parecen ser las reivindicaciones de muchos grupos, que dan por hecho que todos los padres la desean.

Un reciente informe indica que la falta de legislación que facilite la conciliación provoca que sólo el 55% de las mujeres se reincorporen al trabajo a tiempo completo tras el permiso de maternidad. El 7% renuncia a seguir trabajando; el 3% lo pierde y el 35% se reduce la jornada. Así pues, una mujer, a la que se le presupone que quiere la custodia exclusiva de los hijos, incluso a veces atribuyéndole intereses económicos o vengativos ocultos, puede preferir un régimen de custodia compartida, para tener más oportunidades de rehacer su vida a nivel laboral, social, etc.

Recordando, como siempre, que hay que actuar en el interés del menor, y que hay que evaluar cada caso en concreto antes de decidir si se otorga una custodia compartida o exclusiva, podríamos reformular el dicho en "Antes de hacer algo a los demás, pregunta qué prefieren".

Fuente: http://sociedad.elpais.com/sociedad/2014/05/13/actualidad/1399978865_395...